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viernes, 13 de abril de 2018

Tía Paty





-Raúl, hijo, entiéndeme por favor, ya es tarde, levántate, tienes que ir a la escuela.

-‎ma.má...

-Hijooo, apúrate que se hace tarde, estoy acomodando la ropa limpia en los cajones, no veo tu uniforme, ¿donde lo pusiste? Te dije que lo prepararas desde anoche, que lo tuvieras a la mano para que no nos vayan a ganar las carreras por la mañana.

-‎ma.má...

-‎Aqui va, este es. Andale mi niño, te tengo aquí el uniforme, primero la playera, dejame te la pongo...eso es quitate esa que traes de pijama...levanta el brazo...

-‎ma.má...

-‎Ajá, así.... afuera, ya está... creo que hoy me toca lavar, ya se me está juntando la ropa de dos semanas, tía Paty te va a comprar un pastel para tu cumpleaños, jijiji....solo que no estaba segura si cumplias seis o siete, ya le dije que nos venga a ver mas seguido, el dinero que me manda nos alcanza para comer pero yo quiero que vea como has cambiado, que ya eres un niño grande... mi niño precioso, ven acá, deja me abrazarte fuerte...me encanta verte dormir, no me gusta despertarte...si no fuera porque el sol entra duro por la cortina del cuarto no me entero que ya es tarde, luego luego se hace de día... mi bebé

-‎ma.má...

-Mira mis ojos, chamaquito este, otra vez hiciste que se me pongan rojitos...pero estoy bien..ya...estoy bien....mamá esta bien, es solo que has crecido mucho, tía Mary sabe lo guapote que eres...también le gustan mucho esos ojotes tan grandes tuyos...dicen que se los sacaste a la abuela...y tu pelo revuelto, ese sí es mío...jijiji...ese si es culpa mía, mira...este es el mio, que largo ya está...igual de color que el tuyo...bueno mi hijito, me voy a parar, te dejo dormir un ratito mas, pero no mucho porque acuérdate que tienes que ir a la escuela y ya es tarde...mientras terminas me voy a meter a bañar ahorita que esta fresca el agua...mua, mua...te amo mi niño...ya vengo.

-‎ma.má...

Con el andar inseguro, se apoyaba continuamente con las sillas y otros muebles de la casa. La mujer de mediana edad trastabillaba a cada paso por el efecto de los nembutales que ingería durante la noche.

Algunas botellas de cerveza y tequila bailaron sobre la mesa de centro al ser empujadas por sostener el peso de la mujer a su paso.

Una silla en el piso, antes de llegar al baño, la hizo tropezar y caer plomiza sobre el duro y frío piso de concreto pulido.

Del fuerte golpe, la cabeza le sangraba profusamente por la herida que se habia abierto en la frente, al golpearse con una de las esquinas de la silla que había causado su descenso.

Inerte en el piso, el tiempo siguió su curso convirtiendo la mañana en atardecer, y justo al anochecer, una llave era introducida en el cerrojo de la puerta para dar vuelta a la manija cromada y abrirla, tan familiarmente como lo había hecho los ultimos diez meses.

Paty se introdujo tranquilamente al departamento que compartía con su hermana desde que ésta fuera dada de alta en el hospital de la comunidad, tras haber salido ilesa de un accidente automovilístico ocurrido al coche de alquiler camino a la escuela al llevar a Raulito.

La mano de Paty buscó instintivamente en la pared de la puerta de la entrada, el apagador de la luz interior. La oscuridad se fue. El desolador cuadro que se desplegaba frente a sus ojos, no terminaba de convencerla. Mary llevaba tantos meses lidiando con el alcoholismo de su hermana que ya nada de esto la sorprendía.

Pasó de largo por la estancia, se acercó a la mesa, donde el alcohol del vodka barato se escurría sobre la.madera marcándola como ríos de culpa. Situándose por encima de su hermana que yacía en el piso, se inclinó a recoger un brazo de su hermana para incorporar su cuerpo desde el piso y casi arrastrándola le llevo hasta la cama donde la subió no sin mucho esfuerzo.

-ma.ma...

Mary se dejo acomodar por su hermana emitiendo gemidos de dolor por la incomodidad del golpe y por el reciente movimiento. Aún bajo la intensidad de los medicamentos solo atinó a seguir durmiendo mientras la sangre medio seca que había emanado, decoraba el edredón y las almohadas.

-"Paty, la tia Paty"... tomó la bolsa de mano que traía colgada en el brazo y la acomodó sobre una repisa tocador que usaban entre las dos. Se dispuso a quitarse los zapatos para enfundarse unas chanclas mas cómodas. La ropa manchada con sangre de su hermana debía ser lavada, así que procedió a quitarse su propio uniforme embarrado con el carmesi liquido para luego desvestir de la blusa a su hermana durmiente.

Juntando las prendas se limpió la sangre de las manos con ellas y, usando las telas, tambien hizo lo mismo con la sangre del piso.

Puso las sillas en su lugar, recogió la mesa, tiró las botellas vacías, levantó la de vodka a medio servir y tomándola del cuello se la empino sobre la boca para darle un buen trago al alcohol recio, un trago puro, directo. Lo que buscaba ya no eran ánimos para seguir adelante, esos los habia perdido hace mucho, desde el accidente, de hecho.

Le habia costado trabajo volver a manejar su propio auto; no hace mucho recién pintado por pura vanidad en color almendra; después de haberse salido del camino en un coche rentado y dar volteretas tras evitar el choque por impacto con la parte trasera de un camión de volteo aparcado en la mitad del puente del libramiento en las afueras de la ciudad.

La caída por el costado del puente hizo que sus ocupantes sufrieran severos daños en la piel por las escoriaciones. Los raspones y ematomas los hacían ver mas aparatosos de lo que eran, porque para un accidente tan estrepitoso parecería un milagro que aquellas dos mujeres salieran solo sangrando pero sin un hueso roto, terminando todo con la hospitalización y rehabilitación física de ambas casi en forma paralela.

La matriz infantil que causaba la esterilidad de Mary siempre fue tema de discusión entre ellas, y aunque Paty ya estaba acostumbrada a los sobrenombres que Mary le ponía, el que más fuerte le pegó en el ego fue el de "tía", "Tía Paty" le repetía Mary constantemente al niño lúdicamente.

Paty dejó de molestarse por ello con el tiempo. Al grado de volverlo como el juego de roles favorito de Raúl, el pequeño infante que parecía divertirle todo aquello.
Paty bebía el vodka sin miramientos, su trabajo de archivista en una oficina de gobierno le permitía cumplir sus labores sin mayor menoscabo de su situación etílica diaria.

La botella sujeta con fuerza por el cuello, casi llegaba a su fin. Paty avanzó algunos pasos más hacia el baño, arrojó al cesto de la ropa sucia a medio llenar, las prendas manchadas con púrpura. Se volvió hacia la cama a pasos lentos. Manteniendo la cabeza fija en su hermana que yacía roncando sobre ella, le dio el penúltimo sorbo a su bebida.

Al bajar la mirada se percató del muñeco de plástico y trapo, vestido con la playera blanca del uniforme escolar que pertenecía a su hijo Raúl fallecido al salir disparado del auto que ella conducía el día del accidente del puente.

Lo tomó con la mano izquierda, dió la media vuelta con dirección al cesto de la basura. Se paro de frente a él no sin antes empinarse de nueva cuenta la botella para terminarse el contenido. Arrojando muñeco y botella al cesto de basura puso un tapete colchoneta sobre el piso a medio limpiar y se recostó a dormir mientras en el eco de la casa en silencio se escuchaba desde el cesto la voz electrónica que repetía constantemente:

-ma.má...ma.má...ma.má...




‎@manuelbrito59
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